Una sonrisa y una carcajada

Esta semana fue de contraréplica; por un lado me quejaba en este espacio de la falacia que solemos representar en las relaciones "amistosas", la realidad tuvo a bien cerrarme la boca ( o mejor dicho darme de manazos) y me regaló la deliciosa oportunidad de conocer muchos de los resortes que hacen a G la maravillosa compañía que hoy representa para mí. El comentario cáustico, mordaz... la broma lúcida, la claridad de pensamiento y una cultura en continuo crecieminto, aderezada con una multitud de palabras domingueras, de esas que se presumen en cokteles e invitaciones para tomar té; además de un sarcasmo en su jugo, hacen de una noche con G (con chela o sin ella) una experiencia que atesoro siempre que ocurre... eso me congratula aún más con la vida, y colocó una sonrisa en mi rostro que aún a estas horas del domingo, permanece... es chido que me haya dado el chance de compartir un poco de su vida... Gracias.

Por otra parte, y como siempre bajo la folosofía del mejoramiento continuo, esta semana me dejó un claro mensaje que estimo de vital importancia compartir...
Los Danoninos se han convertido en el nonagésimo segundo motivo más frecuente en las fracturas de las relaciones, está comprobado que el más paqueño descuido al momento de extraer el contenido de su envase, el más ligero apretón puede provocar un efecto de garapiñe sobre cara, cabellos, manos y pechos del ( o la) ejecutante, derivando en un ataque incontrolable de risa en el interlocutor, lo que da al traste con cualquier pretensión romántica-erótica-pornográfica. Por tanto, es importante que tomen cualquiera de las dos alternativas siguientes: salgan desaynados, comidos o cenados (dependiendo de la hora del encuentro) o consuman algo cuya capacidad de asperción no sea capaz de rebasar los 10 centímtros de diámetro...
De verdad pasa; been there, done that...